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Foto del escritorMateo Roldos

Carol Garcia

Actualizado: 30 oct 2019

Y como quien no quiere la cosa ya estábamos a minutos de la tercera conferencia, llegaba el turno de escuchar sobre diseño de modas. Carol Garcia, doctora en comunicación y crítica de modas (entre otras cosas) venía desde Brasil para conversar.


No les voy a mentir, la moda nunca me interesó mucho. Si ves mi ropero te das cuenta enseguida: dos o tres pantalones, algunas remeras y algo de abrigo. Lo mínimo indispensable para sobrevivir sin andar muy desprolijo.


Me cuesta un poco comprender esa ansiedad que muchas personas tienen por estar siempre alineados con las últimas modas del momento, modas que siempre vi como una construcción artificial marketinera para hacer girar la rueda del consumismo. ¿Para qué comprarme esos zapatos rojos que todo el mundo usa ahora si en unos meses van estar vistos como ridículos? ¿Se te ocurre algo menos sustentable?


Y así, medio renegado caminaba hacia la clase. Abrí la puerta y me choqué con una gigantesca sonrisa. Su acento portuñol la delataba, era Carol. Me dio una cálida y efusiva bienvenida que me hizo sentir como en casa. La secuencia se repitió con cada nuevo alumno que iba entrando, su buena energía era contagiosa.


Carol no había venido a perder el tiempo: "Quiero transformarlos, quiero que de acá salgan distintos a como llegaron" dijo determinadamente. Y eso fue lo que poco a poco comenzó a hacer con cada uno de los oyentes.

"Todos tenemos sueños que nos hacen únicos, cuando los sueños de una persona se cruzan con los de otro eso forma la cultura"

Ella venía a hablar de la sustentabilidad desde ahí, desde la cultura, desde esas interacciones entre los mundos de todas las personas.


Esta mujer parecía conocer mis puntos débiles: nos invitó a aprender de las culturas ancestrales. Los grandes avances tecnológicos y científicos de los últimos años parecen opacar milenios de sabiduría de distintas culturas, haciendo cada vez más extraño el poderoso hábito de aprender de nuestros antepasados.


Capaz un antiguo epipcio no sabía cómo arreglar un iPhone, pero quizás tenía conocimientos astrológicos que hemos olvidado. Capaz un indígena precolombino no conocía el ibuprofeno, pero sabía calmar el dolor de cabeza con determinadas hierbas.


Y si de sustentabilidad hablamos lo que se puede aprender de las culturas antiguas es infinito: todas sobrevivían sin dañar el planeta de la forma que hoy en día lo hacemos.


Carol era también consciente del estado de emergencia ambiental en el que estamos. Criticó el sistema capitalista y su economía lineal comprar, tirar, comprar. Y ya que estamos, recomiendo este documentalazo: https://www.youtube.com/watch?v=mUaCLzbDgm0&t=7s


Proponía, como variante, lo que ella llamaba un sistema de bahía. Esto implicaba mejorar el sistema circular que existe cuando reciclamos o reusamos, abriéndolo para formar la forma de una bahía. De esta forma, se transforma ese producto de deshecho para crear algo nuevo. Nos enseñó que la cultura indígena bororo son expertos en esta práctica, trabajando sobre sus viejas herramientas para mejorarlas.


Carol también era fiel seguidora de la transparencia en los procesos de diseño, sosteniendo que se tiene que saber cómo y quién hizo las cosas. Esto no se ve en los productos que llegan a nuestra manos pero tienen una importancia esencial.


Nos presentó el instituto Biomimicry (biomimicry.org) el cual crea diseños respetando la naturaleza e inspirándose en ella misma, muchas veces utilizando conocimientos indígenas ancestrales.

"Las poblaciones indigenas tienen mayor conocimiento de la naturaleza y de cómo funciona, si ellos pierden esos conocimientos la humanidad pierde mucho. Esto es muy valioso"

Y si no le creen tómense una horita de su vida para ver este otro documentalazo:

Carol iba concluyendo su charla y yo empezaba a comprender la sonrisa con la que nos había recibido.


Ella había venido a cambiarnos y sabía perfecto que tenía las herramientas en su presentación para hacerlo. Quizás no me di cuenta instantáneamente los cambios que su charla tuvo sobre mí, pero cuando llegue a casa y abrí mi básico ropero para sacar mi pijama algo había cambiado.


Mi ropero seguía igual, los mismos pantalones gastados, las mismas remeras mal dobladas. Pero yo había cambiado, yo ya no lo veía igual. Por primera vez sentí que mi ropero podía también estar a la moda. Quizás no a la moda de este momento que aparece en las últimas revistas.


Carol había ampliado mi primitivo concepto que tenía sobre el tema. La moda para mí ya no era únicamente la moda de este preciso momento, ya no era comprar la última remera del mercado y tirar la vieja que ya era de la temporada anterior. La moda es un concepto cambiante. La moda también podía llegar a ser mejorar los ciclos de las cosas dándole un nuevo uso en vez de tirarlo, o fijarme como se había producido una remera para que su impacto ambiental sea menor.


Entonces, si aprendemos de las culturas ancestrales como Carol nos propuso, vemos como en otras épocas las modas no eran agresivas con el medio ambiente como lo son hoy en día. Personas como Carol ya trabajan para que la moda en un futuro vuelva a ser amigable con el medioambiente, como nuestros ancestros supieron hacerlo por miles de años.








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