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  • Foto del escritorMateo Roldos

Una Historia de Mierda

Actualizado: 30 oct 2019

Sepan disculparme por el título pero no encontré otra forma de llamar a esta entrada del blog. El título es literal. Esta es una historia incomoda que no te va a gustar leer, es ni más ni menos que la historia de las evacuaciones de los excrementos humanos.


Si vamos a hablar de esta historia hay un personaje que no puede faltar. El viejo y querido inodoro. ¿Alguna vez te preguntaste como hacían sus necesidades las personas antes de que existiera? ¿Alguna vez te preguntaste desde cuando existe este personaje?


Entonces, para organizarnos mejor durante esta historia vamos a usar el término AI y DI, siendo "antes del inodoro" y "después del inodoro" respectivamente.


Vayamos a la primera pregunta: ¿Cómo hacía la gente sus necesidades AI? Sin dudas, los primeros homo sapiens lo hacían en la propia tierra, como lo hacen los animales hasta el día de hoy. También como en los animales, los excrementos humanos formaban parte del ciclo natural, devolviendo los nutrientes de deshecho a la tierra donde se transformaban para nutrir la tierra y las plantas.


Pero en cuanto los seres humanos se empezaron a asentar en ciudades la cosa se fue complicando un poco. Si los miembros de un pueblo hacían sus necesidades por las distintas partes de la ciudad el lugar pronto iba a quedar apestado y mal oliente.


Así, tanto los egipcios como los romanos desarrollaron sus propios sistemas. Los egipcios inventaron esta curiosa silla portátil en donde se colocaba un recipiente de cerámica debajo, para luego arrojar todo a un río o en el campo. Por otro lado, los romanos tuvieron la maravillosa idea de generar letrinas públicas, en donde un sistema de cisternas de agua corriente se llevaba los excrementos.



La edad media fue un poco más oscura en cuanto al higiene. Olvidados estos sistemas, los ciudadanos se veían obligados a defecar en la vía pública o en baldes que luego eran arrojados a las calles, desembocando esto en constantes tragedias sanitarias. Solamente la alta sociedad accedía en fortalezas y castillos a espacios comunes donde mediante un agujero sus excrementos caían a ríos o jardines.


Hasta que un día la Reina Isabel I de Inglaterra tuvo una fabulosa idea. En verdad fue idea de su ahijado, John Harrington, quien desarrollo para su majestad un increíble sistema de asiento con cisterna que llevaba con el agua todas las defecaciones reales. En este año, el 1589, vamos a ubicar la frontera entre el AI y el DI.


De ahí en más el nuevo sistema de inodoro fue mejorándose año tras año, llegando lentamente a los hogares de la gente común, hasta finalmente llegar a los baños modernos de hoy en día.


La historia suena muy linda hasta ahora, pero hay un curioso detalle que no pude pasarse por alto. Según UNICEF:

La falta de agua potable y los saneamientos mal logrados son la principal causa de enfermedades en el mundo y una de las principales causas de mortalidad infantil.

Pensándolo bien, ¿mezclar nuestras defecaciones con la escasa agua potable que hay en el planeta es una genialidad o una locura nefasta? El mismísimo Bill Gates supo ver esto hace unos años y destinó U$S42 millones en reinventar el sistema de saneamiento. Nunca más se supo del proyecto.


Por otro lado, varios ecologistas comenzaron a aterrarse cada vez que apretaban el botón de la cisterna, y comenzaron a promover los antiguos baños secos. Estos baños funcionan en ausencia de agua, y aprovechando los procesos de compostación de la materia orgánica (proceso por el cual microorganismos transforman la materia orgánica en compost) utilizan los excrementos para realizar abono para la tierra. La idea suena muy inteligente, además de mantener alejadas nuestra necesidades del agua que bebemos, se devuelven los nutrientes que defecamos a la tierra, como fue previsto en el ciclo natural. Pero este sistema posee desventajas que dificultan su popularización: su fuerte olor y la presencia de moscas son algunas de las características que lo hacen socialmente poco aceptado.


Sin embargo, hay invenciones recientes que mejoran dicho sistema reduciendo estas problemáticas. Tal es el caso del sistema conocido como permapreta, el cual agregando un preciso sistema de ventilación, sumado a microorganismos específicos y lombrices que juntos aceleran el proceso de compostaje, parecen solucionar los problemas de olores y moscas. Además su instalación y costo es considerablemente más bajo que al de otros sistemas de baños tradicionales y secos.

Por si quieren saber un poquito más: ecoinventos.com/permapreta-bano-seco/


Inventos como este parecen encaminar a una solución más inteligente, sana y ecológica en la administración de los excrementos. Si este tipo de baños podrán solucionar los problemas sanitarios serios que existen en varios lugares del mundo y si algún día llegarán a ser socialmente aceptados todavía es temprano para saberlo. Pero sin dudas marcan un camino para solucionar uno de los grandes problemas que nuestra cultura tiene actualmente con el medio ambiente.









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